Alberto, empresario del sector de la construcción, 64 años, con la jubilación a la vista y un hijo preparado y con ganas para seguir con el negocio.
Hasta ese momento, nunca le había inquietado tener mezclado su patrimonio empresarial y personal. En su vida, todo lo que tenía había sido siempre la misma cosa.
Para afianzar la continuidad, contrató a un gerente profesional y contactó con Delta Consultores para que le ayudáramos a ordenar el patrimonio.
Cómo ordenamos el patrimonio
El asesor le propuso hacer una serie de movimientos para que el conjunto de elementos patrimoniales, riesgos y responsabilidades que hasta ese momento habían estado unidos, fuesen distribuidos en dos bloques: los que tenían que ver con el negocio y los que debían ser privados.
A partir de un análisis relativamente sencillo, se concretaron los bienes y cargas ligados al negocio y que continuarían en la sociedad y los que pasarían a ser propiedad privativa de Alberto y su esposa.
Realizadas las fotos de partida y de llegada, tramitamos las consultas oportunas con el Departamento de Hacienda para evaluar la fiscalidad más adecuada dentro de las diferentes opciones que teníamos, considerando también las implicaciones jurídicas, laborales y de Seguridad Social.
Situación en la actualidad
Unos meses después de finalizar el proceso de diferenciación de patrimonios, Alberto afirma sin dudar:
“Recomiendo a todo empresario o persona que tenga negocio que analice bien lo que tiene y genere una situación de claridad, primero para uno mismo y después para todo el equipo que trabaja con uno. Todo lo que sea simplificar y dejar claro los escenarios en los que nos movemos, Empresa, Familia… Debemos crear las bases para gestionar mejor y ser más eficaces a todas las personas que están a nuestro alrededor y somos responsables de cómo queremos que se gestionen las cosas y queden los criterios fáciles de entender por todas las partes afectadas, especialmente por nuestros hijos..”
¿Quieres que te ayudemos? Contacta con nuestro equipo
